Los expertos aclararon algunas ventajas que tiene tomar este líquido espumoso pero no de forma excesiva.
La cerveza es una bebida, en su gran mayoría, de procedencia natural: agua, cereal malteado y lúpulo. Además, contiene una serie de nutrientes como la vitamina B, vitamina D, minerales, fibra y antioxidantes. El aporte calórico de un vaso de cerveza es mínimo, pues sólo consta de 84 kilocalorías, una pequeña porción comparada con la cantidad recomendada de 2.000 calorías diarias para mujeres y 2.500 para los hombres.
Beneficios
Según un estudio elaborado por Rosa María Ortega, catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, la cerveza puede incluirse en una dieta habitual sin que ésta sea perjudicial. Incluso puede resultar beneficiosa.
El estudio realiza una comparativa entre los hábitos dietéticos de adultos con edades comprendidas entre 18 y 50 años, y los resultados muestran que aquellos consumidores habituales de cerveza de forma moderada (unas dos o tres al día) cuentan con una alimentación diaria más cercana a la recomendada que los que no consumen esta bebida.
Según un estudio reciente de la Universidad de Pensilvania en el que participaron 80.000 adultos se encontró que la cantidad de colesterol era reducida cuando se tomaba una copa moderada de alcohol.
Los participantes del estudio se dividieron en tres grupos. Un grupo consumiría una o dos copas diarias de bebidas spirit; otro grupo consumiría cerveza y otro vino. Se encontró que el segundo grupo había reducido su colesterol más que el primer grupo. El tercer grupo no arrojó resultados suficientes para sacar alguna conclusión con respecto al colesterol.
Los nutrientes que incluye la cerveza también contribuyen de manera positiva sobre el organismo, especialmente los antioxidantes y las isohumulonas, que entre otras funciones, regulan la concentración del colesterol. La presión arterial, por otra parte, no variaba entre las personas que bebían cerveza habitualmente de las que no.